No Comamos Algarrobas
- Elsie Sánchez Lucas 15:16:16
- Oct 20, 2020
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Esta parábola pudiera referirse al pecado de idolatría del pueblo de Israel al vivir lejos de Dios. Se refiere a quien conociendo a Cristo se aparta de El. Hoy aplico este versículo a quienes con facilidad pasan por alto la palabra de Dios y se hacen participes del pecado ajeno – se olvidan qué quien practica el pecado se aleja de Dios. Actúan como si lo bueno es malo y viceversa.
No es lo mismo pasar por proceso y vencer- siendo fiel a Dios y teniendo comunión con El, que después de años, cometer el mismo pecado. El mundo está en caos y necesita creyentes que practiquemos lo que la palabra dice. Hoy día unos mueren por COVID; otros espiritualmente. Muchos creyentes se acostumbran a lo común y anormal a la palabra de Dios. Unos se agitan porque nuevos convertidos (de la farándula)- siguen cantando canciones “seculares” que no instan a pecar.
Muchos se disfrazan de santidad; con criticas golpean esos cantores seculares quienes no afectan el trabajo hecho por estos críticos. Jesús dijo quien conmigo no recoge, desparrama -un maestro de escuela secular no se retira al convertirse. He visto el doble estandar en este grupo de críticos al decir: “prefiero darle dinero a mi hijo para drogas, con tal que no robe para usarlas”; aceptan y celebran quien abandona su esposa, y lleva a la novia a casa de su familia- sin aun divorciarse; aceptan perpetradores sexuales, y rechazan las víctimas porque no creen el hecho ni lo investigan.
Muchos abrazan a quienes fallan, pero rechazan las víctimas- no perdonamos como debemos. Al hacer eso, acompañamos a estas personas a comer algarrobas con los cerdos. SI me siento a comer con quien ha pecado y no le dejo saber que ha hecho mal, soy participe del pecado. Galatas 6:1 dice: cuando uno comete falta corrígelo con espíritu de mansedumbre. Comemos algarrobas cuando nos unimos a divertirnos con aquellos que siguen cometiendo el mismo pecado y no lo reconocemos así.
Un día daremos cuenta a Dios, seamos ejemplo. No seamos como los idolatras. El padre del hijo prodigo no fue a ensuciarse con los cerdos, diariamente esperaba por su hijo. Jesucristo pagó el precio del pecado, levantemos al caído, pero no seamos participe del pecado. Si alguien no tiene dinero para la droga, pues que no la use, y si roba, pues que lo encierren- tal vez encerrado libra su alma de muerte y condenación, si la persona comete adulterio no nos sentemos a la mesa como si nada ha pasado- estamos comiendo algarrobas con los cerdos. Perdonemos, pero aprendamos lealtad y fidelidad. No podemos restaurar al caído si nos revolvemos con ellos en las algarrobas- no hay moral para hacerlo ni respaldo de Dios. No comamos algarrobas con los cerdos- no, nos corresponde. Dios les bendiga!
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